Sobre los lanzamientos de Juliana Iriart



Habitante de las cornisas, barandas y balcones, soñadora del vacío, Juliana se hace de papel, y el propósito de su sueño es desdoblarse en las diversas miradas. Miradas de alejamiento, miradas de advenimiento, según el lugar en el que este.

Reconocer la grandeza del vacío no puede hacerse más que pensando en la miniatura de la unidad, es decir, comparándose con ese vacío.
La experiencia de la mirada frente a la caída de una multiplicidad de papeles, le sede al cuerpo el privilegio de percibir la sensación de la levedad más extrema. Pero no hay que olvidar que esa liviandad que se palpa en el conjunto, es el enfrentamiento de cada papel en particular con el espacio todo. Cuando se apila, el papel, adquiere un peso que hace difícil pensar en la unidad como algo tan frágil.
Juliana descuartiza el material llevándolo al límite de la levedad y ese estado hace que el papel, una vez arrojado al espacio, se resista a su caída. Las minúsculas unidades retardan esa muerte que les espera en tierra firme, y una vez llegados, nadie lamenta la perdida, porque de lo que se trata es de experimentar y disfrutar el desafío de los papeles en el espacio.

Luciana Lamathe 2003